La belleza tiene su nombre

Me canse, no tengo hijos, apúrate, ten mejor una paleta de dulce, yo pretendo que te la comas y tu pretende que sea más buena, como una paleta de dulce; a mí no me gusta que me dirijas, podría tener una mejor opinión.
Sabían que Diderot amortiguo la espalda, o ¡que el dolor es suave!, canta veinte años, o pretenderías ¿Qué Jesús habla?. Ahora muestra un poco de afecto pues los años que llevo contigo no son otra cosa que diez años más en el infierno. Así cansa la escritura y el árbol se llevó mejor con los verdaderos.
Que la hipócrita, salva, que las verdaderas planetas, salvan al mundo, que pronto te llevaras la sorpresa de inventar un objeto, uno que sea poderoso, algo que tenga más de diez años; como tu cintura. El trabajo; no podrías lograr que el trabajo pueda esto.
No podría pasar ni un minuto fuera del sol, o de las blancas mandíbulas de un protector limpio, como el calzón; apenas enloquezco cuando tu mirada me causa frío que el olor a basura infecta tus propias ciudades, la escritura podría llevarte y esto es lo que el cielo podría tardar y que el mismo teatro podría llevar de la mano, pues la física entre tu cuerpo y el mío apenas aparece. Tal vez magia sale, tal vez magia tu cuerpo, ahora acaba que la pura idea del sexo en tu cabeza apenas y me intoxica.
No podrías nombrar una sola película en la que no tenga Kim Basinger lo que dejo Madonna; solo podría pedir una película el sol el único astro de la belleza.