Lágrimas para extrañar.

Te miro en la cama de concreto sellado
que bien escrito
tiene tu nombre.
Lo toco con suavidad
como alguna vez pude tocarte a ti.

Es juto entonces que diga,
que todo lo bello
que en estas horas habían,
acabadas en instantes
han quedado.

El tiempo
dicta mi soledad juzgada,
deteniendo el espacio
que va despacio
en este universo de no escucharte,
por tal razón,
delante de tu pedestal,
la nada de mis suspiros
te recuerdan con nostalgia.

Se que no puedes verme.
Estos años no han pasado en valde.
Han hecho de mi ser
un espantapajaros deshecho
que también tenía corazón.
Dejé de ser el "rey" en tus labios
para convertirme
en algo que ni siquiera llega a ser algo...

Te miro entonces en tu cama de concreto sellado
y lo único que se me ocurre decirte es:
¡Te extaño!

​

 

Y seguro que le extrañarás siempre,
es un gusto volver a leerte, te
dejo saludos con cariño,
cuidate siempre.
​

 

Un placer poder detenerme en tus versos, muy gratificante.
El final me pareció estupendo.
Un saludo.