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Leigia. ( Amor Maldito )

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por _SEBASTIEN_, 19 de Junio de 2008. Respuestas: 2 | Visitas: 518

  1. _SEBASTIEN_

    _SEBASTIEN_ Poeta fiel al portal

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    LEIGIA.


    He de contaros esta noche la historia de un amor,
    que en sus líneas mi poema narre de mi idilio un fragmento,
    He de revivir para vosotros hermanos mi áspero dolor...
    A la mujer de mis noches, mi figura de tormentos.


    No ha nacido en este mundo ni en mundos desconocidos,
    alguien con ese tacto, refinación y pureza,
    un ser con similares ojos o con similares dotes,
    una mujer tan fogosa y con tan rara belleza.

    La Leigia de mis amores nació como las reinas,
    con el cordón umbilical enroscado en su airoso cuello,
    a una temprana edad por reyes era pretendida,
    aquellos hubieran muerto por dormir en sus manos de seda,
    sentir el calor de sus pechos o el de su aterciopelada piel,
    o envolverse en el fuego de su roja cabellera.


    Yo la observaba presto en noches de lluvia plenas,
    apostado en su balcón con la mirada perdida,
    mirarse una y mil veces ante un descomunal espejo,
    admirarse de su inaudita y desmesurada belleza.


    Cuantas veces la escuchaba apostado entre las tinieblas,
    De su enorme terraza, con párpados humedecidos,
    interpretar a Chopin con su fiero clavicordio,
    tal era su pasión que helaba, asombraba su destreza…


    Canturreando canciones bellas en alguna antigua lengua,
    me hipnotizaba a tal grado que ciertas veces enfermo,
    borracho de algún secreto placer me olvidaba de mi mismo,
    hundiéndome en los bajíos tenebrosos de sus letras.


    Fueron así mil y tantas noches sin descanso,
    Yo ignoraba si conocía al huésped que en su ventana,
    vestido de luto cerrado y con benévolas sonrisas
    sus sueños de infantes y fantasías solicito velaba.


    Una de esas veladas desprendiose de sus prendas,
    quedando así el delicioso paisaje de su cuerpo libre,
    para que con ojos ávidos y paternales contemplara,
    a aquella ninfa que a mi ser tanto trastornara.


    Acostose desnuda sobre una exquisita cama,
    sujetada con cadenas desde el barroco techo dorado....
    con sus perfectas formas irresistible la encontraba,
    podía oler su sangre, poco a poco me embotaba,
    no podía hacerle daño la deseaba...mas la amaba...


    En un Arrebato de locura me deslize en su aposento,
    con la sutileza propia de un caballero nocturno,
    mis manos frías temblaban cual las de un ebrio necesitado,
    posarlas entra sus piernas enloquecidas me exigían.


    Mi boca lejos de su garganta parecía no resistir,
    era tal su donaire que a la de un Taltos nada envidiaba,
    aquellos rosados pezones moría por succionar,
    por entregarme entero a una pasión desbordada.



    -Ven Marius, nada temas tierno amigo de mis noches,
    cúbreme de tus sagrados besos los cuales hasta ahora me has negado...
    quiero pertenecer a tu vida...quiero sentirte en muy dentro...
    borra con tus manos de ángel esta virginidad tan odiada…
    Desgarra de mi cuerpo lo que lo hace inmaculado…
    la maldad de tu corazón quiero sentir en mis venas...
    sorbete mi cuerpo desnudo, que dispuesto en este lecho,
    esperaba siempre sediento de tus inmortales ganas.
    Hazme tuya de una vez y sin reservas,
    dame en mi boca el secreto para absorber a la muerte,
    Mátame!...sálvame pues la idea de no verte,
    después de mis mortales días te juro me atormenta.



    Helado quedaba después de tal confesión
    mi amor siempre me vio siempre me quizo!
    temblaba ante mi oscura y silenciosa serenata,
    extrañaba al visitante que se iba al despuntar el alba.


    Le hice el amor con una fuerza inexpugnable,
    recorrí como un loco su intimidad con mi lengua,
    deje que mis colmillos lastimaran su piel tersa,
    la ame enardecido, me confundí con ella.


    Bese sus pechos, sus piernas, como lo haría un poseído,
    mientras excitantes gemidos brotaban libres de su boca,
    me lleve con mis besos los secretos de su sangre,
    la ame hasta el crepúsculo profundo y sin reservas.


    Marche enamorado a su cuarto noche a noche,
    me sorprendía a mi mismo bañándola en su tina,
    besando con deseo lo mas recóndito de su cuerpo,
    quería vivir y morir entre sus brazos presa.


    Fue un idilio excelso pero ella era mortal,
    y aunque no concibiera la idea de perderla,
    convertirla en mi especie me aterraba aun más,
    pues conozco de la segunda muerte mucho en materia.



    -No, nunca. Me dije en mis interminables, cansinas
    peroratas en las que solo participaba mi conciencia,
    -No quiero que vague, no quiero que perezca,
    de deseo de morir de inmundicia o de hastío,
    No quiero que me odie por haberla hecho inmortal,
    ya sabemos el error que cometió Lestat...



    Una noche estando ya al borde de la locura,
    la visite por ultima vez en su cama levitoria,
    con mi corazón palpitando ( previamente alimentado)
    le recite tristemente mi amarga despedida:



    -Has de saber que te amo mas de lo que imaginas,
    la muerte querida Leigia oculta sus desventuras...
    se presenta exquisita seductora cual ancha vía,
    que podemos utilizar, cuando se nos nubla el día.


    Nada se compara al regalo de percibir la caricia
    de un ser que todavía vive se mueve y aun respira...
    no he de ser yo el causante de tus martirios,
    no he de darte mi sangre ni en mi especie cabida...


    Añorare la belleza de aquel dulce transporte,
    en el que una vez pose mis manos de monstruo (sobre tu cuerpo de niña)
    a tus tiernos doce años fuiste mujer de un maldito,
    te ame como a nadie he amado pues antes de nadie fuiste mía...


    Querida diosa que en un palacio épico encerrada,
    velaste mis ansias de amor hasta verlas totalmente saciadas,
    tus ojos fueron mis ojos para ver la luz del sol,
    que mi muerte eterna me prohibió…( relegándome a las sombras amadas)
    (Lagrimas...)


    He de decirte adiós pues aun eres una semilla
    y por mi los siglos pasan y yo indemne como me ves,
    jamás en mis largos años unos labios y un regazo como el tuyo,
    en la tierra y el infierno comparados, encontré…


    No puedo por tanto, absorberte mas de lo que he hecho...
    te quiero y he de perderte esta noche a mas tardar...
    voy a volar a donde el olvido pueda sepultarnos…
    quizá juntos durmamos….en la eternidad...si alguna ves nos cruzamos...!!



    Cuan fluidas fueron mis lagrimas no lo se o no recuerdo,
    pero bañe los cielos mientras me expandía de cara a las estrellas...
    que como motas de plata melancólicas veían,
    a un inmortal derrotado, perdido, enamorado...


    Murió según dicen, pasados solo dos días...
    después que de sus brazos me aleje, tirándola hacia un lado...
    dejándole el sortilegico frasco con mi sangre poderosa y perenne...
    que supongo con veneno y venganza habrá tragado... Es todo.


    Sebastien Nocturne
     
    #1
    A Maramin y (miembro eliminado) les gusta esto.
  2. Maramin

    Maramin Moderador Global Miembro del Equipo Moderador Global Corrector/a

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    Enormementa egradable la lecturade tu suculento poema, el voyeur de la primera parte convertido en gran amanty queda al final la interrogante de si llego a tomarse el inmortal brevaje.

    Mis aplauso por el gran trabajo que nos dejas disfrutar.

    [​IMG]
     
    #2
  3. _SEBASTIEN_

    _SEBASTIEN_ Poeta fiel al portal

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    Muchas Gracias,

    Saludos Y Exitos
     
    #3

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