Un perro flaco

Esta noche parece de hielo,
sin luna, como queriendo morir
debajo de un manto
de fina niebla,
esta noche no llueve
como si no quisiera asear
la mancha de tristeza
que se incrusta en la ciudad.

Hay un perro flaco que le ladra al vacío,
si yo fuera perro sería como él,
con los huesos marcados
y el hocico sucio,
con esa horizontal casi cómica,
que no asusta, solo apena,
también yo le ladraría a la nada,
aunque solo sea por sentirme vivo,
también me hubieran quitado el collar
y abandonado en una carretera secundaria.

Es una noche triste de esas
en las que es mejor
no asomarse a la ventana
y estar profundamente dormido
lejos de este habitat desolador.

Mi imsomnio se me agarró fuerte
no duermo desde que se fue
y si ando apoyado en esta vieja cornisa
en esta noche de hielo
es para ver que no vuelves
a curarme el dormir.

El perro se llama Amanda,
se lo puse para decir tu nombre
sin que me duela la voz,
si ya se, mal nombre para un perro
descatalogado de su sexo
pero a el no le importa
y se deja acariciar
y ya no ladra a la nada
solo me mueve la cola
y me ayuda a dormir
mientras el me imita
sobre tu alfombra.

 

Preciosa esa tristeza y esa profunda melancolia...me encanto el poema. Tiene una bella pluma...muy bella.
un saludo
...REM...

 

traca.. me encanto

una pasada de poema pecado. de veras

 

Lindísimo tu comentario, mis más sinceras gracias un abrazo.

 

Ja ja pobre perro dice, pobre yo, saludos Loida y un abrazo.