Domingo.

Ando perdida hoy, porque... es que es domingo.
Se me olvida tomar la medicina
y si quiero escribirte me domina
una pereza enorme y no distingo

entre palabra esdrújula y la grave
no sé medir el verso, pues me trabo,
y pienso que mejor será si lavo
hoy que no ha salido agua de la llave.

¡Ja! ¿ves?, que estoy perdida, es un fracaso.
El día no conecta, es que no hay caso.
Intentaré decirte, pues, que te amo,

que me gusta tu verso que enamora,
pues pasa que sin él mi verso llora.
No vayas a tomarlo cual reclamo.

Tan solo es que te llamo
con un grito que intenta rescatarme
de esta gran pesadez, de este desarme.​