Por un futuro mejor

Como los pichones que levantan el vuelo
cuando crecen sus alas y vuelan al cielo.
Así son nuestros hijos, dejan su tierra, su hogar y
viajan a realizar sus sueños a otro país, otro lugar.
Dejan su patria, su familia. " Vuelvo pronto " dice al despedirse.
Abraza a todos antes de irse:
padres, hermanos, amigos inolvidables,
besos, caricias interminables,
veo mi micho cariñoso, y mi perro fiel
siempre en mi mente y en mi piel.
Lágrimas, promesas, nostalgia y llanto.
Por su éxito y salud a Dios mi ruego levanto.
“Aquí te esperamos, hijo, entre nosotros otra vez
para acompañarnos en nuestra vejez.”​

 

Es que en realidad nuestros hijos no son nuestros, nos lo presta un ratito la vida para que les enseñemos lo poquito que sabemos de ella.
Ya lo dijo el poeta Khalil Gibrán
«Tus hijos no son tus hijos
Son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma.

No vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen.

Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos,
Pues ellos tienen sus propios pensamientos.

Puedes hospedar sus cuerpos, pero no sus almas,
Porque ellas viven en la casa del mañana, que no puedes visitar ni siquiera en sueños.

Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer.

Tú eres el arco del cual tus hijos, como flechas vivas, son lanzados (…).
Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea hacia la felicidad”.

Y digo yo: si les enseñaste con amor...volverán
Un placer leerte
Saludos

 

Me sumo, y... coincido plenamente con lo que opina... nuestra compañera Luna Roja. Me gustó su poema, compañero Fredmore.
Cordialmente: