Tercetos encadenados

Con tus versos prolijos
tú me has enamorado tiernamente
me causan alegrías, regocijos.​

 

Siempre caigo en embrujos,
los que lanzan tus versos soñadores
que me causan deseos sin tapujos.​

 

El mundo se tornó en estiercolero,
con tanta polución de tonos pardos
asustando al pampero*.​

* m. Viento impetuoso procedente del sudoeste de la llanura pampeana.

 

Por verte otra vez ardo
en el deseo oscuro que me invade,
sombra de amor de un lirio junto al cardo.

 

Este momento al fin todo lo evade.
Su llegada resuelve ciertas cosas.
Soy piedra y reverdezco, casi un jade

a la espera de notas amorosas
que revelen su nervio más humano,
trayendo poesía a tantas prosas.​

 

El juego se te ha dado
de tal manera que una pitonisa
jamás podría haber vaticinado.​

 

Estimado Hermenegildo, el tercer verso tiene un problema de redacción y de medida.

 

¿Será una pitonisa
eso que ahora estoy necesitando?
¿adónde va esta vida con su prisa?​

 

Sin dudas. Ese "ha" sobra. Arreglado, gracias.

 

Me preguntó una brisa
que, espiralada, se encargó de ti:
¿qué varón no lució una gran sonrisa?

​

 

Angustiada por ti,
quisiera estar contigo todo el tiempo
cual si fueras bebé que yo nací.​

 

A mí me gusta “lempo”
para esta rima casi inextendible.
Leer el diccionario es pasatiempo

con ventaja tangible
para un autodidacta que se educa
con ímpetu imbatible.​

 

Tu voz no me embabuca
pues sé de sobra que es lo que tú buscas
mas me gusta tu abrazo que acurruca.​

 

Con parrafadas bruscas
creaste una espantosa situación.
Cuando bailo con ella es que te ofuscas.​

 

Estimado Pi, ilusión se escribe con "s".

Tu conoces mis ansias
me muero por tenerte día a día
disfruto de tu verso las fragancias.

Y sé que es tu porfía
asirte a esta vida con poemas
que es la sangre que en ti la vida cría.



​

 

Nos llegará en la vida, en cierto día,
toda y cada memoria en un minuto,
con la ferocidad de una jauría.​

 

Es una panacea
el encontrarte en esta discoteca,
sin tu amiga chismosa que nos vea.​

 

El tiempo viene y trueca
la infantil ilusión en desengaño
al final la ilusión perece seca.​

 

La fuerza del rebaño,
hato, manada, piara, ¡usted dirá!,
con animales llenan cada escaño.

Creen, ilusos, que será maná
lo que traen con verbos cantinflescos,
y el país cada día más gagá.​

 

Amor, yo no sé ya
si este amor es un síntoma de loca
pues conmigo se queda y no se va.

Siempre busco tu boca
que parece que dice y que me besa
y que a escribirte siempre me provoca.​

 

Resulta una sorpresa
cazar un beso al vuelo, en plena calle.
Muchas veces, la historia es lo que pesa.

Y es que nunca fue un mínimo detalle
sino un libro de amor
lo nuestro, para que el momento estalle.​

 

Pareces cavernario,
hirsuto y maloliente en esta fiesta
y encima con insultos de portuario.
​

 

Vos sos estrafalario
decís que sos otario y luego crack,
para entenderte he de ir al diccionario.​