En la forja del corazón

Quiero volver de la ceniza polvorienta,
del hierro incandescente y moldeable,
sentir el martillo golpear y forjar mi alma,
doblegar mi corazón ante la incertidumbre
y el temor por mi amor que hoy nace y muere,
someterme ante el yunque golpe a golpe
hasta lo más profundo, en lo más pequeño,
retornar a la vida libre sin ninguna posesión.
Quiero para mí todas las ascuas encendidas,
el fuelle que da vida a la llama que se ahoga
en las palmas de una mano dulce y delicada,
quiero que con cada golpe mi herido corazón
vuelva de su sepultura y recobre el latido,
que se forje del tibio metal todas sus heridas
y entre esquirlas brillantes supurar su dolor,
amar al mundo cuando él ni siquiera te espera
y con el ardiente carbón del pensamiento
hacer nuevas formas dentro de mi pecho
y redimir el continuado recuerdo que abrasa
hasta que cicatrice en el alma con cada golpe,
dar forma al amor que habita en el corazón
que entre brasas sobrevive incandescente.​