Entre la forma y la llama

Entre la forma y la llama.

Quizás no nací para escribir con exactitud —
solo para escribir lo que el abismo contesta.

Mis versos no suelen pedirme permiso.
Tampoco bajan la voz en bibliotecas.

A veces el dolor no espera consonancia:
llega —y corta.
llega —y quema.

Puedo fingir métrica.
Puedo declamar con forma.
Pero cuando el infierno me dicta,
yo firmo con sangre,
no con normas.

Entre la forma y la llama…
quizás elijo el incendio que no caduca.
Aunque no cuadre en estructura.

¿Acaso el temblor de un muerto al rezar
debe rimar con el mármol que lo cubre?

Alguien dijo: “Tu verso tropieza”.
Yo respondo con fuego:
¡Malditos sean los pasos que no tiemblan!

 

Gracias, Alde.
Agradezco mucho tus palabras y el espacio para esa libertad que a veces necesita salirse un poquito del molde, sin pretensiones, cuando corresponde y cuando debe.

Siempre escribo lo que nace, y me animo a jugar con formas —¿por qué no?— sin temor alguno.

Un abrazo,
Isidora

 

La poesía es arte y pasión.
Pero ante la universal cantidad de manifestaciones del arte surgen intenciones de clasificación y de normalización.
Esto para ayudar a nuevos y a conocedores a poder acceder con facilidad alas ob ras y sus contextos.

¿Y cuál fue la respuesta de los artistas?

Cuando la pasión es incontenible, lo usual es que las mariposas destruyan el mundo... con su agitar de alas.

Pero también hay la reacción opuesta, donde se usan las reglas a tal extremo de precisión que se acartona. Y como olla de presión debe de soltarse la rigidez o explota. Con el resultado de crearse nuevas escuelas y nuevas reglas y nuevas clasificaciones.

Así es que se toma esto... como un paso evolutivo.

Saludos cordiales.