Es tan dulce tu voz.

Es tan dulce tu voz, tu claro acento
que ilumina la senda de mis días.
Es senda tan florida de alegrías
pletóricas de gozo y de contento.

Cual mago forjador de maravillas
generas en el alma el regocijo
pues hábil manipulas escondrijo
de placer si acaricias las orillas

que estremecen a mi alma con tu tacto
sintiéndote tan cerca que tu aliento
se aproxima a mi boca con intento
de besarme y tal ósculo es de facto.

El sueño es que tu magia realiza
el deseo que a mi alma martiriza.​

 

Este poema expresa una profunda admiración y deseo hacia una figura que, a través de su voz y presencia, tiene el poder de transformar y llenar de alegría al hablante. La voz de esta persona es presentada como una fuente de luz que guía y embriaga, generando un sentimiento de éxtasis y regocijo en el alma del que la escucha. La metáfora de un mago forjador de maravillas sugiere que la conexión entre ambos es casi mágica, capaz de despertar deseos y sentimientos intensos.


La tensión en el poema se concentra en la cercanía de esta presencia, cuyo toque y aliento desencadenan una mezcla de placer y deseo. El hablante se ve atrapado por la fuerza magnética de esta relación, donde la magia de la voz y el tacto se convierten en el catalizador de un deseo que no puede evitar.

Saludos cordiales

 

Tu voz es un conjuro de luz que acaricia la piel de mis días. No hablas, resplandeces. Hay algo en tu acento, en esa música que nace de tu boca, que convierte el camino cotidiano en un jardín secreto donde florece la dicha. Cada palabra tuya es semilla y perfume, y me crece una sonrisa sin darme cuenta, como si tu alegría se me pegara a los huesos.

Tienes la rara virtud de quien no sólo dice, sino que transforma. Como un alquimista de lo invisible, desatas en mí un temblor suave, ese estremecimiento que no asusta, sino que despierta, como si con sólo rozar mis orillas supieras convocar tormentas de ternura.

Y entonces, tu aliento se acerca, tibio, dudoso, y el mundo se reduce al borde de un beso que no necesita pronunciarse para existir. Porque ya está ahí. Porque ya sucede.

Lo que otros llaman sueño, tú lo haces carne. Lo que en mí era pena, tú lo vuelves deseo cumplido.
Y así, sin que lo sepas, te conviertes en la respuesta que mi alma venía esperando.

 

Así es, Alde, muchas gracias por tu amable comentario. Un abrazo.

 

Bien analizado el poema, querida poeta, Rosa, te agradezco mucho el tiempo y atención a mi poema. Un abrazo.

 

Estimado José Anibal, poeta, la transcripción que has hecho de mi soneto a prosa es maravillosa, creo que las adornado más de lo que yo misma pude lograr. Guardaré tu texto que es imperdible. Muchísimas gracias por tu generosa atención y regalo de tu habilidad de escritor para generar tan bello comentario. Un abrazo.

 

Querido Marcos, muchas gracias por pasar a leer y comentar este soneto, eres muy amable. Un abrazo.

 

Excelente, argumentación, para un poema muy intenso... pero sobre todo
muy romántico. Mis felicitaciones, compañera Luciana. Excelente...
Cordialmente:

 

Qué buen juego de palabras. He tenido la sensación de que me comía un helado

 

Gracias a ti por inspirarme

 

Me alegro que te guste, Iván, poeta. Muchas gracias por tu amable comentario. Un abrazo.

 

Qué bueno que te dio ese exquisito sabor. Muchas gracias por tu amable comentario. Un abrazo.

 

Me faltaba decir que... ciertamente, poco a poco se consolida su pluma y; por ello mismo,
reciba un abrazo virtual, realmente tangible y, con todo el respeto que se merece.
I.T.C.

 

Es un placer seguir disfrutando de tu obra amiga Luciana.
Siempre un fuerte abrazo.

 

Iván, muchas gracias e igualmente un abrazo.

 

Halcon o, gracias por la lectura y el fiel comentario. Un abrazo.