Nocturno a Amal Hayati (Esperanza de mi vida)

Nocturno a Amal Hayati
Por C. Eldrick Driven

Nací en tierra maldita, donde el sol no abriga,
donde el polvo es sentencia y la fe se desgarra,
la muerte me respira al cuello, enemiga,
desde mi cuna tejió su esencia macabra
sombra en mis pasos, herencia que castiga.

Aprendí a ser malvado para sobrevivir,
a morder con el hambre del lobo en su cueva;
inquisidor de tierras vírgenes, sin sentir,
un alma que arrasa, que incendia y renueva,
pero frente a ti, se postra, rendida y sincera.

Soy un alma errante, taciturna y callada,
con ojos que guardan silencios profundos,
mis pasos resuenan como sombra alada,
y mi voz se pierde en los vientos mudos,
pero en mi pecho, te llevo, siempre amada.

Tú, princesa de Marruecos, luz que me quema,
con piel de nieve que brilla en la noche,
tus ojos son dos mares, profundos y llenos de pena,
refugios donde mi alma halla su broche,
y en tu mirar, el mundo entero se quema.


Tu voz, dulce canto que embriaga mi ser,
es melodía que en mis sueños resuena,
cada palabra tuya me hace renacer,
y en su eco, mi corazón se llena,
como un río que al fin halla su querer.

Tu elegancia, suave como brisa del mar,
y tu andar, danza que roza las estrellas,
cuando sonríes, mi alma empieza a amar,
y el mundo se detiene entre tus huellas,
mi amor por ti, siempre será sin par.

Tú, con tu nobleza, eres la estrella fija,
la que guía mi camino errante y callado,
como la luna llena que nunca se aleja,
con tu alma que se refleja en mi lado,
y mi amor por ti, en silencio, se ha quedado.

Soy solo una sombra, perdido en tu brillo,
como un viento errante que busca su calma,
pero tú, princesa, eres mi castillo,
mi razón, mi alma, mi eterna llama,
y aún te amo, aunque nunca seas mía.


Tú, noble y pura, luz de mis caminos,
eres la estrella que guía mis noches perdidas,
en tus ojos veo un océano divino,
y en tu ser, mi alma se hunde y olvida,
te amo en silencio, mi amor, mis destinos.

Eres la flor más pura en el desierto,
un oasis de paz que mi mente anhela,
y tu delicadeza en mi pecho es un puerto
que acoge mi dolor y lo consuela,
y el aire que me envuelve, tú consuelas.

Esperanza,
estrella en el mar, princesa en Marruecos,
te amé con la fuerza que arrasa los caminos,
mas eras un sueño de frágiles reflejos,
un eco en la brisa, lejano y sin destino,
y yo, peregrino, te amé sin razones.

Tu risa era un río que hablaba en susurros,
corría por mi alma dejándome espejos,
y yo, como un ciego, seguía sus murmullos,
creyendo que el agua podría dar reflejos,
y en cada reflejo sentí que eras mía.


La noche me dijo que fueras mi esperanza,
y en ti puse el fuego de mi sol en cenizas,
mas todo era un juego de sombras y danza,
un faro sin puerto, palabras imprecisas,
y un beso imposible sellando mi herida.

Si el tiempo es un río, te fuiste en su orilla,
si el viento es mi verso, borraste tu nombre,
y yo, perdido, quedé sin rumbo y herido,
quedé con mi alma despojada de hombre,
dejando en mi carne su eterno vacío.

Suspiros en el viento, ceniza en la brisa,
silencio que corta mi pecho de hielo.
Te llamo, te busco, mas solo hay cenizas,
un eco apagado, un adiós sin consuelo.

Noche tras noche te encuentro en los sueños,
pero cuando el alba desgarra mi mente,
me deja en las manos fragmentos pequeños,
pedazos de un alma que llora en su frente,
y el mundo vacío repite tu nombre.

Esperanza, Esperanza, Esperanza...

Esperanza
fuiste mi esperanza, pero no regreso,
fuiste un horizonte que nunca se alcanza,
un cielo tan lejos, tan gris y tan preso,
que aún en mi alma tu ausencia descansa,
y en su último aliento, aún dice tu nombre.
Esperanza...

Si mi pecho calla, es porque se ahoga,
con gritos de un alma que muere en su pena,
te pienso y el mundo se torna una soga,
estrangula mi aliento, me deja en cadena,
prisionero eterno de un amor que envenena.

No sé qué duele más, seguir aquí,
arrastrando este amor como cruz maldita,
o marcharme y sentir que ya te perdí.
ser polvo en el viento, ceniza marchita,
morir sin tu nombre en mi última cita.

No sé qué duele más, seguir aquí,
arrastrando este amor como un muerto en la niebla,
o marcharme y saber que jamás fui,
más que un eco perdido en tu tierra,
un nombre borrado en la arena que tiembla.

Si en mi pecho sangran las horas perdidas,
es porque en mi alma tu ausencia golpea,
y aunque mi razón me grite heridas,
mi necio corazón aún te desea,
presa de un sueño que nunca flaquea.

No sé qué duele más, seguir aquí,
sabiendo que nunca serás lo que anhelo,
o marcharme y sentir que ya te perdí,
quedando mi amor varado en el hielo,
muriendo en la sombra de un triste desvelo.

La razón me decía que esto nunca sería,
que el destino tejió caminos opuestos,
pero mi corazón, necio, aún te quería,
y en su terco latir, ignoró los preceptos,
aferrado a un sueño de amores perfectos.

Para ti fui el amigo leal y sincero,
confidente en tus noches de duda y quebranto,
pero yo, en silencio, sufrí prisionero,
amando en las sombras, ahogando mi llanto,
pues tu alma veía en mí solo encanto.

Si el viento me lleva por sendas lejanas,
y el tiempo me viste de polvo y olvido,
mi alma en suspiros dirá tus palabras,
tu nombre sagrado será mi sonido,
y en él morirá mi último aliento perdido.

Nunca seré más que sombra en tu estela,
fantasma errante de un sueño olvidado,
tú, la doncella de mármol y seda,
yo, un peregrino de amor condenado,
sin patria, sin beso, sin puerto anhelado.

Pero juro que en mi último instante,
cuando el frío me cubra los huesos,
cuando el alba me mire distante,
aún en mi boca quedarán impresos
tu nombre, tu risa, tus labios ilesos.

Y así, en la muerte, sin miedo ni dudas,
dormiré con tu imagen tallada en mi pecho,
pues aunque este amor me condene a la luna,
te amé más allá de lo humano y lo hecho,
y aún en cenizas, serás mi derecho.

 

Mi señorito, qué gusto ver de nuevo sus temores, tan dulces y gozos finamente adornado por unas rimas muy elaboradas, ya es grande la cría.
Un abrazo de varón, ya sabe.

 

En mi caso ya no hay esperanza, ni Esperanza.

Agradezco enormemente su tiempo de leer mis reclamos en forma de verso.

Excelente noche

En mi caso ya no hay esperanza, ni Esperanza.

Agradezco enormemente su tiempo de leer mis reclamos en forma de verso.

Excelente noche

 

Un placer y un honor su visita. Me trajo muy buenos recuerdos de hace algunos ayeres. Un enorme abrazo a la distancia.

Gracias por su tiempo.

Excelente noche.

 

Ahí tamos viejón