V. ¿A dónde habrás ido?

Uno nunca se da cuenta de cuantas veces pasa por un mismo lugar,

La rutina y el día a día te quita sentirte y adherirte al ambiente,

Varios te dicen que donde vas es lo que alguna vez fuiste por dentro,

Como causas geográficas y espaciales son tus dictámenes personales.

¿Qué vestigio deja a tu epifanía los sitios más concurrentes,

O las salidas con amigos que una y otra vez fueron más recurrentes?

Podrías decir que la gente te une, y te hace creer algo que no eres.


Nadie sabe quienes somos, tampoco nosotros lo sabemos.

Pero cuando caminas por el parque, por tu cuadra, o quizás por la ciudad,

Encuentras pedazos fragmentados que cuentan una a unas experiencias aisladas.

No cobran sentido cuando están desolados, apartados de sus compañeros.

Suena fantasioso o ambicioso darles prospectos personales a mecanismos psíquicos,

Pero cuando más lo piensas, no vivimos lo suficiente para limitarnos mentalmente.

Cuando las unes, una por una, el resultado es lamentable:

Solo es una historia de tu vida,

Parece chatarra, despreciable, un arma vulnerable;

Nunca fue la intención el resultado, sino, el proceso de su creación,

Nació por la existencia que llamamos cuerpo, de los que calificamos como “yo”,

Esparces cenizas de tus vestigios, que eres un errante por ahí en muchos sitios,

Y la respuesta, más que insignificante,

Es lo suficiente para preguntarte:

¿Dónde habrás ido?