Mesa animal

Y de pronto nos encontramos

Y nos miramos ocupando el mismo
espacio

Nuestras cavidades se inflamaban

cada vez más

como unas velas

remando de noche.

Y nuestros signos estaban expuestos:

La muerte como un corredor

entre el mantel y yo

hacía de monótono presentador

con los mismos cuchillos y alacenas

en todo el calendario.


En tu cuerpo momificado

se dejaba ver aún

unas manos de cocina.

Yo respiraba bajito

-como un extraño pedido de niño-


para escuchar tu lamento

cerca de mí

en el espejo del plato.

 

Animales, instintos, almanaques y una mesa mundo compartida... Pero lo mejor es la expresión en este poema ... y las miradas... y la comprensión de lo que se mira.
Encantado de leerte entre trayectos, Marquelo.
Un saludote.

 

Muy amable Alonso. Buen inicio de semana. Éxitos para su poesía.

 

Buen resorte de imágenes, a veces el amor es como una de momia de Funkos,

 

Muy amable mija ( con referencia a tu último poema)