Liras ligadas logran labrar los lúcidos locos

Penas la mente orbitan,
los penosos estribos acompasan
las penurias que incitan,
por supuesto, rebasan,
las apenadas rutas nos arrasan.​

 

A veces, sobrepasan
lo terrenal recuerdos de tus lazos,
aunque ya no acompasan
lo insano de mis trazos
que vierto en un papel como a baldazos.​

 

Poemas con tus trazos,
efímeros recuerdos de tus risas,
adiós en tus abrazos,
tristeza por tus prisas
y ,al final, ni el color de tus sonrisas.

 

Cazando las sonrisas
estaba yo en el parque divagando
llegaste tú con prisas
pero fue triste cuando
no me viste y te fuiste cavilando.​

 

Me despierto vagando
voy dormido y sonámbulo en la noche
No sé por dónde ando
y es causa de reproche
que yo esté en el tejado a medianoche.

 

Después que te trasmoche,
árbol querido, por demás frondoso,
habrá un ave en la noche
sin nido generoso
y alguien sabiendo que hizo algo espantoso.​

 

Te he visto pernicioso
bajo la noche cómplice... y osada,
muy sombrío y ocioso
junto a nuestra barriada.
Algo trama el destino en madrugada. ​

 

Se acerca la mesnada
de turistas con ruidos y exigencias
que ha sido sancionada
por sus incontinencias
y no hacer en la iglesia reverencias.

 

Reconoce reverencias
algo extrañas al frente de su templo.
Pensó que eran creencias
fervientes, por ejemplo,
nunca en vándalos piensa -yo contemplo-.​

 

Dormido te contemplo
y es tanta la ternura que me causas
que mi ánimo destemplo
y el placer me entra en pausas
y hay pasión que brotando tú me encauzas.​

 

Sin comprender las causas
que originan el odio que demuestras
se me ocurre que encauzas
intenciones siniestras
en venganza cruel, si la secuestras.

 

Que son ideas nuestras
y se bien que surgieron sin presiones.
Ahora me demuestras
que son tus intenciones
no respetar ninguna y dar lecciones.

 

Sé, con tilde diacrítica, amigo Cyrano.

“Sabios” hay a montones.
No te dejes llevar por el pomposo
ni el que muestra “cojones”
-¡qué descaro alevoso!-
en la Internet de puro caprichoso.​

 

Tienes razón, pero no encuentro el acento en el teclado.Gracias.

 

Detrás de mí un oso
sin verme, atravesó por el sendero
¿Ligero o cauteloso?
¿Callado o vocinglero?
No pude ni pensar, me fui primero.

(De verdad que me pasó, no fue uno, fueron 2 osos, ellos no repararon en mí, estaban distraídos correteando)

 

En un atracadero
donde el amor es solo una barcaza
de algo perecedero,
lo tibio es una hogaza
de pan duro que el tiempo despedaza.​

 

Café, solo una taza
mezclado, así ha de ser, con achicoria
o un té que lo desplaza
en pos de la victoria
y bajar la tensión mas no la euforia.

 

Tremenda zanahoria
han puesto de nariz a ese muñeco
es una vieja historia
fue junto al árbol seco
donde el fulano la sembró en un hueco

 

De aspecto, muy enteco,
sin un centavo en su bolsillo flaco.
El roto es solo el eco
del permanente atraco
espiritual a un huérfano chamaco.​

 

Yo no fumo tabaco,
mis amigos trajeron un paquete,
lo probé y solté un taco;
si no te gusta, vete,
dijeron desde dentro del retrete.

 

Tal vez soy meterete,
pero, ¿qué hacían sus amigos locos
fumando en el retrete?
Resulta un rompecocos.
No parecen ni finos ni barrocos.​

 

sigan,

 

Pues te daría cocos
si ahora me siguieras molestando
pues tú eres como pocos
que siempre estás tramando
el modo de dejarme a mí rabiando.​

 

En tiempos de sofocos,
ocultos en el patio del colegio
quitábamos los mocos,
tremendo sacrilegio,
fumando como un hombre duro y regio.

He querido responder la pregunta lógica de Ermene a mi anterior lira no siguiendo la de Luciana que es la válida a todos los efectos.

 

Esto es circunstancial
no puede ser tenido tan en cuenta
y no es fundamental,
que a la verdad atenta
cursar una sanción por como alienta.

 

Leerte me alimenta
me sube la pasión, el pulso arrecia
parece una tormenta
y yo hago peripecia
bailando entre los rayos como necia.​

 

Avatar de alopecia
el que elegí en esta oportunidad.
Veré qué peripecia
en la comunidad
realizo sin visos de maldad.​

 

Ha llegado el invierno,
la nieve tiñe en blanco las premisas,
imprevisto cuaderno
que recoge las prisas
con líneas profundas y precisas.