Agua, cristal de espejo.

Si en mi resguardo
te guardas
y el tiempo inexorable
...perece.

Muerdo tu aliento
su boca mía
un beso.

Y construyes ese firmamento
tu cielo de estrellas.

Yo no muero
porqué no existo,
solo un espejismo.

Y tú no estrellas su firmamento en mi corazón,
y los dos salimos libres, de sus conjuras
y sentimientos,
liberando este amor que atormenta
y encarcela.

Esta cárcel que ciega
y no vislumbra el atardecer, de su anochecer

La brisa del viento me lleva,
las olas me tragan y anegan.

El cielo de su amor me pierde

en su odisea...
y no sé, este amor donde lleva.
el eco de su voz.

Llena de rabia y fuego
devorando cielo en llamas.

El viento mueve la niebla
entre árboles centenarios,
acaso milenios de tal incertidumbre... hombres y eternos femeninos
de la Madre Tierra.