Donde poder invocar.

Nunca fotos hize ni guardé,
el pasado nunca me importó,
ni siquiera me inoportunó,
pero el tiempo tardo arde.

Y a veces quisiera con nitidez recordar,
pero solo fotos grises y mutiladas,
de mi mente exánime, delirante. Colgadas,
caras borrosas, anónimas. Puestas a salar.

Un rompecabezas vibrante y plomizo.
Vagarán por siempre los nombres y las caras,
en un baile tenebroso de fúnebres máscaras,
en mi podrido, roto y viejo techo pajizo.

Quien tuviera un albun de fotos,
donde poder invocar..