Preso de su embrujo

Siempre me pregunto: ¿A dónde fue?
Y el silencio me responde: “No lo sé”.

En las noches tristes,
cuando miro las estrellas,
mis fugaces pensamientos
se atan a su recuerdo
para no caer
en la vacuidad del alma
que cavila con su ausencia.

Quisiera a veces desangrar mis ataduras,
pero la esperanza me lo impide
diciéndome: “Espera, abre los ojos y mira,
no es la única que te podrá amar”.

Y lo pienso,
y descubro que estoy preso del embrujo
de su todo,
pues rechazo presuroso
las sonrisas delicadas
que aparecen en mi vida.

¿A donde fue?
¿Con quién está?
¿Importa acaso mi cruel final?

Ni yo lo sé,
ni se sabrá.

Será un misterio mi soledad.
Un paso firme hacia el umbral,
de amor eterno sin consumar.

Será mi dicha… la eternidad.​

 

Hay amores que dejan huellas en el alma y son difíciles de borrar...Hermoso poema impregnado de un gran sentimiento de nostalgia!! Felicitaciones por este estupendo trabajo, compañero poeta!! Un abrazo

 

Muchísimas gracias amigo Miguel, tus palabras ungidas de sinceridad, se merecen mi gratitud por tu visita y el amable comentario a mi trabajo.

Abrazos,

puroamor.

 

Nuevamente agradezco la expresiva calidez de tus palabras estimado Luzyabsenta, y saber que el poema fue de tu agrado me enorgullece.

Saludos,

puroamor.