Leer

Leer, leer, leer,

leer, rastrear afanosamente hasta hallar

lo que tanto habíamos deseado, soñado


Leer sin pretender

y andar sin buscar y de pronto tropezar

con lo que no habíamos jamás imaginado


Leer para aprender

hasta luego saber que es preciso luego hurgar

en otro texto lejano o en algún libro de al lado


Leer y emprender

un nuevo sendero, un camino a trazar

donde no habíamos nunca antes transitado


Leer y aparecer

con ansias urgentes en aguas de una mar

de un moverse inquieto, vivaz, entusiasmado


Leer para yacer

en un piélago inmenso, flotar y navegar

el ocio de un ponto quieto y sosegado


Leer sin temer

para comprender, para interpretar

lo que nos falta y lo que nos ha sido dado


Leer y entender

que al haber leído mejor es el reír, distinto el llorar

y hasta superior el sentir de aquello intuido o inexplicado…

 

Excelente alegato por la buena lectura, estimado Ricardin,
en entusiasta crescendo, incitas a ese abrevadero de la cultura que es el libro,
o la palabra escrita, pozo inagotable de gozo y sorpresas.
un saludo cordial,
Eduardo

 

Un orgullo contar con el comentario de un Maestro...¡Gracias Eduardo!