Nada más que hacer

Madrugada eterna, despierta sin consuelo,
ni escondite, ni un cohete a la luna,
madrugada macabra vigila mi duelo
y se compadece y me acompaña a llorar.
Qué lento pasa el tiempo en los recuerdos...
Qué lenta pasa la vida cuando estamos a oscuras...
Qué dolor miserable me recorre por las coyunturas,
dislocando mis sentimientos y dejándome incapaz.
Para mitigarme un poco, escribo...
Escribo a manera de analgesia paliativa,
escribo porque ya no me queda más nada
por hacer con esta triste vida mía.
Escribo porque no tengo sueño,
porque no tengo hambre, porque está lloviendo,
afuera en la calle como en mi alma,
porque algo tengo que hacer, o ir muriendo.
Insomnio, reflejo de la ansiedad siniestra,
de un deseo insatisfecho, castigado,
de la nostalgia sorda y descompuesta
que queda del fracaso y la frustración.
Las primeras luces del amanecer
dejan aclarar la vista en este cuarto solitario,
y duelen los ojos de llorar y no ver,
y llega el sueño tardío añorando otra vez el anochecer...

 

Joooo Niña... que bella melancolía, aunque el estado de ánimo que describes no es nada edificante muchas veces cuando nuestro espíritu anda a la deriva y la tristeza nos acompaña, normalmente esto sucede en soledad, la inspiración viene de golpe a nuestros versos y escribimos cosas tan hermosas como esta. Me ha gustado mucho, como siempre te digo espero que no sea para tanto y que todo se quede en un bello poema. Abrazote de colores para ti. Paco.

 

Me identifico con tus letras, cuando ya no queda nada por hacer, quizás sólo las letras son refugio o un escape, tal vez.

Sentidos versos.
Saludos y mis mejores deseos.

 

Bahhh Paquito...
Niña saldrá de su boquete!!!
No te preocupes.
Gracias por estar !!

 

Las letras ...
Único refugio único consuelo
Besos Destinos