El valor de los actos

Mujer que se da dormida,
noctámbula adicta al querer,
mujer sumisa de amor inmensurable
mujer, colmada mujer.
Piel de canela, café y jengibre,
sus recovecos saben a miel
de los pozos frescos del alba
que celosa guarda sólo para él.
En su rostro la curva más firme,
hondo pecho esconde su voluptuosidad,
serena, se bebe su té de paciencia
hasta el día que su hombre la vaya a buscar.
Mujer que mutó entera,
revolucionando su desinterés;
mujer que dejó salirse
del cuerpo de un inquebrantable ser
para ofrecerle todo,
el corazón sin vaina,
se enjuagó del lodo
y se perfumó de fe.
Ahí está ella, en su refugio de cuarzo
sin abrigo que la oculte del ojo,
expuesta, esperanzada, valiente,
silente dolor que aún así se traga.
Dime si no hay amor en sus actos?
Dime si merece ser ignorada?
Dime si parece inerte?
Sólo está a la deriva de su suerte.
Ella así fue que lo eligió.
Eligió prenderse de aquel nombre,
eligió quedarse sentada
al azar de aquella mirada,
a merced de ese errante hombre.
Dime si merece ser suplantada?
Dime si aún así puede ser olvidada?
Puede ser, todo puede ser,
porque en esta vida lo que se siente seguro
pareciera que no vale nada.

​

 

Ciertamente así es.
Algunas veces nos sentimos tan seguros y cuando menos lo esperamos todo eso vale nada, o todo se esfuma, o todo se pierde, o no sé..
Aunque algunos quizás sí merecemos ser olvidados.
Sentidos versos.
Saludos.

 

Ay Destinos, el amor es para sentirse seguros pero no para olvidarse...
Saludos y abrazos amigo.
Gracias por pasar.