Testigos

La brisa que marca sus pequeñas huellas,
sobre el agua tan tranquila en la laguna,
lleva consigo el olor de mi morena,
aroma que no lo tiene flor alguna
y tal vez en este mundo,
mujer ninguna.

El sol es testigo como fue la luna,
de abrazos y besos en el verde prado,
de vueltas y vueltas en la gran llanura,
sobre pasto fresco de sabor majado
y miles flores danzantes,
de lado y lado.

Las nubes, el cielo azul y el sol callado,
en el día han mirado nuestro amorío,
las estrellas y la luna dan el claro
de la noche para amarnos cerca al río,
y las tibias brisas niegan,
espacio al frio.

Los cuerpos desnudos no piden abrigo,
palabras muy tibias serán suficientes,
para darnos al aire aunque hiciese frio,
abrazos, caricias y besos ardientes.
Y estarán valle y laguna,
allí presentes.

 

Escenas que coinciden con paisajes y atesoran su silencio en la memoria...
Grato leerte amigo...te abrazo con todo mi cariño...

 

Situar al amor en el marco de la naturaleza, le da más sentimiento, más frescura y más belleza a la poesía.
Fue un gusto haberte leído, Paolo.

 

Idílico y romantico poema repleto de amor y ternura. Me gustó mucho Paolo. Un abrazo. Paco.

 

Divinidad de creación preciosa de hermosa inspiración admirable.

 

Gracias mi querida Darkness por tu maravillosa visita. Es un honor tenerte por aquí.

 

Sí mi bella Cecy, es natural buscar el paisaje para darle rienda suelta al amor. Me alegra tener tu visita. Un abrazo.

 

Gracias amigo Paco por pasar por aquí. Siempre en muy grato tener tu visita. Un saludo.

 

Gracias amigo Jorge Lemoine por tan honrosa visita. Un saludo.