Ahora la comida soy yo

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tu desbán...
Y quedar raídos mis bolsillos.
El manchar
de toda la humedad
se come nuestro nido.

Mas que al menos
quede lleno
el apetito
de mi grito
al dar...
la pincelada que tape el cristal,
la vocerada que ahuyente al sonar
y que reviente el oído del mal.

Abroché
mi razón
al cohete que se fue a la luna.
No pagué,
se fue cual polizón
a una región hambruna
donde meciose enferma y sin vacuna
hasta que el sol de poniente hizo alguna
de sus bromitas y un gran sofocón
me destempló y mi lumbre quedó a oscuras.

Hasta hoy
pude ver
cómo al dente
me hacías obelisco
y tu diente
se resquebrajaba
con cada mordisco.
No fui marisco, ni plato caliente
pero mi mente
fundiose al papel
y me escribiste en recetas de tres
y me comiste servido en la fuente
con que comimos los crudos bistecs
de las boquitas que fueron a verte. ​

 

interesante mangar de versos, grato degustarlos, saluti

 

Es un bello poema maravilloso muy lindo.

 

Muchas gracias Marian, un saludo.

 

Gracias Jorge, un saludo.

 

Hermosos, profundos y sentidos versos.
Buen provecho.
Saludos cordiales, estrellas.

 

Ya dicen que hay heridas que solo el tiempo puede sanar, así que le daremos una oportunidad y a ver si es cierto.

Me alegra que haya sido de tu agrado, muchas gracias por la corrección Mamen, un beso.

 

Gracias "elmenor", saludos y estrellas para ti también.

 

Es muy bueno tu poema mi estimado Daniel.
Todo es comida para quien tiene hambre.
Un abrazo y todas las estrellas para ti.

 

Muchas gracias Eladio,
aunque prefería ser yo el comensal y no la comida... pero bueno; seguro que soy de buen provecho para alguien jajaja
Un abrazo querido amigo, estrellas para ti tambíen.