La cita

La cita
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...— ¿Café mañana?— dejó el teléfono sobre el escritorio y siguió leyendo el mensaje por un instante indefinido.

...La pregunta le hizo temblequear el eje; la duda, perder su instintiva habilidad para evitar ese tipo de encuentros. Su ángel le recordó con firmeza: “es hora de poner las cosas en su lugar”, ella sabía muy bien que para eso no quedaba otra opción que acabar con las vacilaciones, las dilataciones y dar la cara, sin más. Aun así no respondió. Cuando llegó el siguiente mensaje aún se hallaba perdida en sus pensamientos.

...—Te hice una pregunta ¿Podemos vernos mañana?— insistió él.

Sin dudas ya no había espacio para dudas.

...—Podemos. Decime dónde y a qué hora nos encontramos— respondió.

...El momento de la cita llegó más rápido de lo que se imaginaba a pesar de que, durante la noche, cierta inquietud le había costado varias horas de insomnio. Hacía mucho tiempo que su cama no amanecía tan desordenada. Hacía mucho tiempo que ese tipo de inquietudes no le quitaban el sueño.
Lo que más la asombraba y le causaba cierto grado de temor era esa preocupación repentina por agradarle; temor bastante tonto, bastante curioso, considerando el hecho de que su primera intención era desilusionarlo y “ponerle los puntos sobre las ies” para ver, una vez que todo estuviera claro, si se podía rescatar ese intercambio tan ameno, con un toque de fantasía sano, con muchísimo cariño, con el amistoso y amoroso “flirteo” que habían compartido los últimos meses. Sin embargo algo había cambiado en su última comunicación, un pequeño pero enorme "detalle" que ella ignoraba hasta ese momento: él llevaba un corto tiempo separado de su mujer, detalle que cambiaba radicalmente su argumento para limitar lo máximo posible su “intercambio” (entre ellos hasta ese momento hablar de relación no solo sería inadecuado sino totalmente excesivo) y que abría un nuevo abanico de posibilidades, entre ellas, tal vez la más acertada, la de comenzar una amistad más profunda pero sin compromisos de ninguna naturaleza, salvo el del mutuo respeto y la sinceridad imprescindibles en todo tipo de relaciones, pero especialmente en las relaciones de amistad.
Visto así todo parecía estar muy claro, pero faltaba otro "pequeño detalle": ¿Cuál era la intención de él? ¿Qué lo había llevado a invitarle ese café? ¿Qué parte de la fantasía de “la historia” le pertenecía solo a ella? ¿Y si la intención de él era la misma que la que ella se había planteado inicialmente? ¿Si él también pretendía ponerle los puntos sobre las ies? O si por el contrario pretendía algo más, si creía sentir algo más, si…

...La fantasía en pequeñas dosis puede alegrarnos el día, pero hay una peligrosa línea que si no está claramente definida, puede cruzarse por descuido y las consecuencias no son nada gratas ni fáciles de sobrellevar y hasta muchas veces muy difíciles de superar.

...Bajó del taxi con evidente nerviosismo, pidió a su ángel que le otorgara calma y la ayudara a encontrar las palabras exactas, para que no fuera tan evidente esa inquietud de adolescente en su primera cita que la dominaba por dentro y la ponía más tonta de lo acostumbrado. —¡Habrase visto! ¡Mujer grande con tanta bobada!— se reprendió a sí misma para darse ánimos.

...¿Qué contar del encuentro? Todo fue diferente a lo esperado, a lo pensado, a lo planeado. Una larga caminata, la calidez infinita de unas manos entrelazadas, palabras mezcladas entre recuerdos, temas de interés mutuo, algunas caricias. Ella se descubrió verborrágica, él se mostró muy sereno, al punto de contagiarle esa serenidad.
No hubo punto sobre las íes de ninguno de los dos lados, pero al final de la tarde, naturalmente surgió un “¿Querés ser mi amiga?” y un “sí” que tácitamente implicaba que ninguna de las dos partes estaba en condiciones (por diferentes motivos) de ofrecer nada más.

...La noche los descubrió sentados en un banco, abrazados, mirando las estrellas, sorprendidos, acompañados.

...La hora de la partida tenía que llegar. Por alguna extraña e incomprensible razón a ella le costó la despedida, le costó soltar su mano y al hacerlo volvió a sentir el frío de tantos años sin mano alguna que aferrar, había olvidado el maravilloso calor del contacto humano.

...Se acomodó en el tren algo turbada por el encuentro, lo vio alejarse por la ventanilla y cerró los ojos por un instante intentando regular sus emociones. De pronto, asomó su cabeza mirando el andén, quería estar segura de que no había perdido el zapatito de cristal. No era el momento, él no era su príncipe soñado, aunque esa noche llegó a sentirse tan bien a su lado que temió que fuera parte de un cuento.

...Sonrió. No había zapato de cristal, ni príncipe, ni cuento. Aquel que se alejaba lentamente sin voltear, sin saberlo le había regalado nada más ni nada menos que su retorno a la realidad.

 

Creo que hace tiempo mi querida amiga que nuestro caminos no confluyen; será cosa del destino supongo. Gracias por este magnífico relato sobre ese regreso a la reamidad que a la vez es un maravilloso cuento de hadas, una historia de un amor poderoso y fuerte. Un abrazo y estrellas para tu talento literario.

 

Buena prosa. A lo mejor no encontró o no encontrarón ese amor que esperaban pero con esa cita salierón de esas dudas sin lastimarse y con una amistad sincera. De todo se saca algo y tú amiga mia lo pusiste en la prosa, hay que ser realista y pisar firme. Gracias por regalarnos esta narrativa que la hilvanas desde principio a fin, no existira ese zapatito de cristal pero si existen los principes estan en nuestro corazón y en nuestra mente. Te quiero mucho niña y te mando miles de abrazos.
PD: TE DEJO REPUTACIÓN TE LO MERECES

 

Hola Sandra!

Te dejo un comentario en forma de soneto:
http://www.mundopoesia.com/foros/poetica-clasica-competitiva/403878-neurosis.html?highlight=

me gustó mucho tu relato: grandes temas de siempre, actualizados al tiempo de ahora...

qué habría pasado si Quijote en lugar de mandar a Sancho con su esquela para Dulcinea -que en esa instancia se entera Sancho de que es su vecina la aldeana Aldonza Lorenzo- , pudiera haberle mandado un mail obteniendo una respuesta bajo el nick de Dulcinea? Qué si la malvada Duquesa que se divierte a costas de Quijote, entraba a facebook como Dulcinea y le ofrecía amor eterno?

Qué triste es que la vida nos haya llevado a aferrarnos a nuestras fantasías como si fueran salvavidas, de tanto que la realidad nos ha golpeado y nos asquea o nos aterra...

Planteas muy bien ese asunto de la pérdida de la ilusión, cuando advierte tu protagonista que hay Otro y que quizás Otro razona o siente de una manera que ella no había imaginado... El papel de Otro en nuestra noción de realidad, fundamental, esa Otra visión que existe pero se nos escapa... No creo que seas docta en psicoanálisis, Lluviecita, yo tampoco lo soy, pero he leído lo suficiente como para saber que has captado un fenómeno esencial.

te dejo un abrazo
j.

 

LLuvia
Me he reído al leer esta "Cita" me recordé de algo parecido...es que hacemos tantas burbujas en un vaso de agua...es que muchas veces tenemos las cosas claras perno no asumimos la posibilidad de que la otra persona también tiene las cosas claras. El otro día un amigo me dijo que en una relación de hombre y mujer siempre hay la posibilidad del ¿será? ¿no será?, y ésto hizo que me ponga a una encuesta con mis amigos y sabes qué, si ha sido cierto que la mayor parte de las personas piensan así.
Te he dejado remarcado "detalles" porque me parece que la repites 4 veces en un espacio corto, podrías oviarla o cambiarla por sinónimos y usar dos... por ahí falta una vocal.
Te dejo mi cariño y admiración por estas letras con la que más de una se sentirá identificada.
Abracitos cálidos
Ana

 

Es que tenemos las cosas claras, pero aun así la fantasía resulta altamente seductora, nos permite crear seres, situaciones e historias a nuestra medida y luego la realidad nos da un baldazo de agua helada.

Gracias Ani, por los "detalles" marcados. Cuando uno escribe muchas veces o la mayoría de las veces olvida al lector, algunos dicen que es lo correcto otros que no. En este caso la repetición de "detalle" fue absolutamente deliberada, con la intención de remarcarla ya que no era un simple "detalle", tal vez debí entrecomillarla, o como tú dices sea absolutamente innecesaria la repetición. Digamos que la causa de la repetición responde a lo emotivo más que a lo literario, y es comprensible que para el lector no deje de ser repetitivo. Con respecto a ánimos, es muy gracioso, porque es un fallo que me marcó J. y yo no interpreté, creí que me decía que quedaría mejor entre comillas (las agregué) sin darme cuenta en ningún momento de las 20 veces que leí el relato que me faltaba la "i" ¿Será que ya necesito usar anteojos? Ayyyy ¡Lo único que me faltaba! jajajaja. Es que creo que con tantas horas leyendo en esta pantalla terminaré por quedar ciega. jajaja.

Mil gracias, dulzura, por tu tiempo, por tu atención y por tu gran amabilidad al hacerme notar cosas que para mí pasan desapercibidas.

Un gran beso.

 

Precioso relato, amiga querida, va desgranando cada uno de los instantes, desde el encuentro, hasta la despedida, donde se ve, que no cuaja en su totalidad. La realidad se impuso

Te felicito por este bonito relato.

Un beso mi reina del alma.

Te quiere, María

 

Gracias, Eladio. Me parece un tanto excesivo lo de "talento literario" pero lo acepto como una caricia.

Un beso.

 

De príncipes en el corazón sé bastante. Gracias mi reina querida, me alegra tu paso por mis letras, después de todo eres la gran culpable de que los torture escribiendo prosa.

Un besazo.

 

Me atrapaste en la lectura de inmediato, me parecio que estaba leyendo una novela, muy bien realizada. Felicidades mi estimada amiga, tienes grandes dotes para ser una gran escritora. Recibe mis saludos y mi admiracion por siempre.

 

Me encanta que me mimes, J. y ese soneto es una bella forma de mimarme. Gracias por traducir mis letras en tu soneto y por tu infinita paciencia para corregir mis fallos gramaticales en este intento mío de aprender a escribir en prosa.

Un gran, gran beso.

 

Cosas de la fantasía, María, que tarde o temprano siempre tropieza con la realidad.

Gracias por estar.

Un besazo. Te quiero muchísimo.

 

Gracias princesa!!!

Un gran beso.

 

Muchas veces nuestros temores no son mas que lo prevenidos que somos por una u otra circunstancia de la vida.
Excelente Relato.

Te invito leer uno de mis poemas
http://www.mundopoesia.com/foros/poemas-generales/406018-quisiera-ser-la-noche.html

 

Siempre tan extremadamente amable con mis letras, César, siempre agradecida por ello.U

Un gran, gran beso.

 

Me encantó este relato, me deje llevar por la protagonista, me sentí parte de su fantasía parte de su entorno, has logrado traspasar al lector aquella magia que solo producen algunos autores de mi preferencia jejejeje, felicitaciones Sandra, saludos

 

Describes muy bien las situaciones. No sé si ya habrás probado a escribir algo más largo, pero creo que podrías intentar una novela.
Saludos.

 

Gracias Rafael. Estoy de acuerdo contigo.

Gracias por la invitación, disfruté mucho tu poema.

Un beso.

 

Gracias, con lectores como tú nunca me faltarán los mimos. Un besote, Criss.

 

Tu comentario es más que un halago para una simple principiante como yo. Apenas llevo escritas cinco obras en prosa, pensar en una novela por el momento sería más que un sueño. Mil gracias por tu apreciación que me alienta a seguir aprendiendo.

Un beso.

 

Exquisita y dulce prosa Lluvia de Enero, me encantó, muchas gracias

Un abrazo

 

,le ha queddo como un hermoso cuento me encantó


salu2