En la guerra...por la paz.

Dicen que
no hay héroes en las trincheras,
solo miedo... empecinado
en el arte de matar.
Tiembla el dedo sobre el gatillo,
sudando...
¡Ven despierta! tomemos el tren de las cinco
que el café se enfría...
Y la muerte picotea los hombros
con avidez de gaviota.
Huele a gusanos el silencio de dos lados.
Boca abajo reza la oración
de los que no mueren,
inclinada balanza...para que muera el otro...
Izándo banderas
el dedo arquea su uña
en el ojo vidrioso del fusil.
Dos medallas le cegaron los ojos.

 

Así es, amiga Margot del Castillo; inclinada la balanza para que mueran otros, ¿Quiénes?, los pobres de la tierra. Te quedó genial; recibe aplausos, estrellas, besos y abrazos de Dilia.

 

Gracias Dilia...siempre es así...de ambos lados...
besos amiga
Margot

 

No hay coronas de flores para los peones de la guerra.

Ni quien los recuerde ni ennumere.

Poderosas líneas Margot. Gracias por compartirlas.

 

Me atrapó el título, pero el contexto está como para hacer rituales hoy en día que está inalcanzable la paz, el abrigo que calme al frío, las ganas de suspirar dicha. Me gusta la manera con la se enlazan las sensaciones optimistas con el susurro de la inconformidad.

Un gustazo pasar por aquí sin ser invitado.

 

Gracias amigo por leerme, y es verdad día a día mueren jovenes y peones del tablero de la ambición...ni siquiera sabemos sus nombres...
besos de corazón
Margot

 

Gracias Dorian, bienvenido a mis letras..con o sin invitación.
un abrazo
Margot