Crónicas de un amortajado

El señor de finas vestiduras,
mora en las barbas del ocaso,
dicen que colinda la espesura
galopando con fuerte trazo.

El señor de finas vestiduras,
venero una simple imagen,
al compás de un viejo vinilo
las penas danzaron sin peaje.

El señor de finas vestiduras,
sabe de tiempos y abordajes,
evoca sus antañas hidalguras
en aquellos lejanos paisajes.

El señor de finas vestiduras,
añora la musa de sus viajes,
espera en una antigua esquina,
espera con penas y coraje.

El señor de finas vestiduras,
zarpo un día de borrascas,
dicen que escapo del exilio
burlando la torpe hojarasca.

El señor de finas vestiduras,
se extravió entre tanta base,
jamás tropezó con su barca,
jamás encontró los pasajes.

El señor de finas vestiduras,
hoy yace en algún linaje,
lo veréis reinando su comarca,
vestido con su más fino traje.


.

 

Y al final
en esa caja
fría finos
harapos hemos
de usar un gusto
Parofi, reflexivo
escrito

 

Supongo que tiene su paradoja estas sutiles letras escritas con maestría, es un placer seguir leyéndote amigo.
Un fuerte abrazo.

 

Gracias Margarita, eres una gran persona. Besos

 

Siento la figura dispuesta en un fino lienzo y transporto cada secuencia por los pasajes y es como si al final los colores se fueran diluyendo entre olvidos...Un fuerte abracito de estrellas para vos mi buen amigo y admirado Patricio.!

 

Un aplauso, excelente; me encantó este poema. Te felicito es muy bueno, encantado de leerte.

 

Uffffffffffffff... Qué buen versar y qué buen ritmo!!!!!!!!!!!!!!!!!

Aplausos, aplausos, aplausos, aplausos...

 

Oh, el señor de la fina estampa y del gran linaje. Anda su espíritu sobrevolándolo todo, pero algo... algo se quedó dentro de su último traje.

Tal vez haya que morir desnudos. Pero mejor e abrigarse con las prendas de tus versos :::sonreir1:::. Clásicos y evocativos estos, con cierto toque de agridulce melancolía y un pellizconcito de ironía. Bueno, así los he sentido yo.


Un abrazo arropadito con las pilchitas de vivir.