No lo niego

Me miras gravitando
en el caos de una pregunta,
perfilas…no sé qué silencios.

Me atas al teclado, inconsciente
me robas todos los desvelos.
Heridas de derrotas que gritan
sobre el pecho sus dominios pétreos,
reclamando antiguas confusiones,
viejos dolores sabios y tercos,
pero este cielo es nuevo y sin memoria
que lo desgaste de leves reflejos,
y es sano caminar erguido,
alejarse de vanos miedos.

Tú sin mí, yo sin gloria,
ni pena, ni besos, ni remedio.
Pálida muerte sin labor
mi corazón no te lo entrego.
Funesta recolecta de adioses
que produces el vino del recuerdo,
no es este un poema triste...no!,
no, porque no quiero.

Y quién dice que no hay malos
ni hay, tampoco, poetas buenos,
solo verdaderos y falsos poetas…
¿farsante yo?, no lo niego.​

 

A mi entender muy buen poema
Saludos

 

Yo entender tampoco es que entienda mucho... pero si que te agradezco infinito tu comentario.

Un saludo.

 

Muchísimas gracias (que son especiales en esta ocasión) Emmanuela por comentar incluso este desafortunado poema (aunque no lo es para mi).

Un luminoso abrazo.

 

Gracias Rosmery por tu visita, y por tus acogedoras palabras.

Un beso.