Ah! Lagunita que sos cálida como placenta en cuya líquida cuenca a nadar aprendí yo; la que ducho me volvió como anguila o castañeta y en lecho de tosca piedra hoy de nuevo me acunó con la misma devoción de madre dulce que espera. Sos, lagunita, quimera de mar en tu insinuación, también el ojo avizor de la sagrada paciencia conque me mira en la tierra, solapado el creador. Caricia sin condición, fresca, serena y sincera, fuente noble que no mengua, manantial que es un primor. Te digo de corazón que te venero, laguna, también por ser agua pura de mi instinto nadador: en la salud, el dolor, la desgracia y la fortuna y por bajarme la luna a tu espejo de ilusión, pues en su iluminación hice de tu esencia musa. Te dejo ahora nocturna como nocturno me voy; ando flechado de amor cual de estrellas tu planura. Comprenderás mi premura, tengo un sólo corazón ya que tienes un montón del juncal en su cintura; corazones color fucsia (huevitos de caracol). Adiós, lagunita, adiós! Me voy con mi infancia tuya sin que nada me confunda mi memoria de tu olor salobre y perfumador de grama y barranca bruna (ya quisiera así mi tumba). Y en tu superficie a flor dejo un beso sonador de bagre que se aventura. Safe Cretive: 1601176268813
A mi querida maestra, Alba Francero (señorita en aquellos tiempos.) SEÑORITA ALBA Un galopito nomás a mi escuela de campaña (la número diecisiete) prendado de albas por vos, maestra con nombre de Alba. Nunca me voy a olvidar, además de tu valor, de aquella excursión paisana: ¡Conocer Montevideo, la orgullosa capital de cultura ciudadana! Tu padre rumbo al edén y vos de luto y presente por vocación y constancia (aunque en el ómnibus viejo, oculto en nubes de angustia, tu llanto leve asomaba al igual que la garúa que acompañando tu pena, el cielo también lloraba.) Ese día aprendí yo, uno entre los *pañuelitos con moña azul que guiabas, que el deber vence al dolor y la lluvia es de ojos claros; color de los tuyos, Alba. Tampoco voy a olvidar la vez que con emoción al leer mis 'escribanzas', rigurosa me decías: -Te quiero ver escritor para el día de mañana; ni ficción ni policiales sino autor de buenas obras con propiedad y con causa. Mas yo no pude cumplir, mentora de mi afición, con tu afán y con mis ansias. ¿Qué querés de un paisanito de corazón chacarero, maestra de mi añoranza? Sólo te escribí estos versos criollos en su propiedad causa fiel de nuestra raza. *Pañuelitos con moña azul: metáfora referida al uniforme escolar uruguayo consistente en túnica blanca y moña azul al cuello.
Yo viví esas madrugadas de humito albo en la cocina, aromado y penetrante, prófugo por la fajina. De la caldera silbona y el estrépito de astillas, trino de zorzal y mate y tertulia de gallinas. Yo viví esas madrugadas de pensativo lucero y de aseo en palangana con escarcha gris de cielo, de amasijo, horno de barro y fragante pan casero, de piso tibio de tierra con sillas de palo y cuero. Yo viví esas madrugadas de multicolor ensueño, con rudo clarín de gallos y ronda feliz de perros y relinchos y mugidos y berridos y resuellos y algarabía paisana y atropello de los teros. Yo viví esas madrugadas que todavía guarezco, y el evocarlas disfruto, como mi oriental acervo. A las que inspirado ensayo, con sentimental anhelo, dar alma por mente y pluma en mis pretendidos versos.
Pregunten qué aromatiza todavía mi memoria y diré del pan de gloria de mi abuela campesina. Del humo que en despedida me dejaba, como broma, con las pupilas llorosas en cuanto abuela encendía su económica cocina de astillas estrepitosas. Pregunten qué reverdea mi memoria todavía y la fronda evocaría de dos higueras inmensas; sombra del patio de tierra. Y tunas y cina-cinas, perales y la sufrida pasión que el sauce profesa cuando al deshojarse besa la laguna distraída. Pregunten qué melodías mi memoria oye sonando y yo diré que, trinando, discorde es la algarabía de aves que despierta el día. Diré vibración que es canto del viento en los alambrados con “tijeretas” prendidas como notas peregrinas en pentagrama acerado. Pregunten de qué portentos mi memoria se extasía, diré de liebres furtivas y el furor de aquellos perros escarbando cual mineros si un “peludo” descubrían, de nutrias que zambullían o la astucia de los teros defendiendo nido y huevos; grito y vuelo que despistan. Pregunten a cuál hazaña da mi memoria resguardo y paladín a caballo, potro fiel de mis andanzas, diré que al aula llegaba cual jinete legendario; crines él, yo pelo chato por la brisa que zumbaba en mis oídos y mi alma si lo ordenaba 'Pegaso'. Pregunten qué paradigmas en mi memoria son sellos y les diré de mis credos de un tiempo de fantasía de aquella niñez vivida que todavía guarezco, que me nutre por momentos y refresca y gratifica con la esencia campesina que gracias a Dios, conservo. Pregunten qué invocaría mi memoria, de esos años y diré que lo nombrado más albas y atardecidas. Diré lluvia que repica sobre el lomo resignado del techo aquel de mi cuarto y diré “Las Tres Marías” guardando a la patria mía su firmamento Uruguayo. Glosario Criollo: Cocina económica: Cocina de hierro a leña. Tijeretas: Ave de cola como tijeras. Peludo: Armadillo, Tatú. Teros: Aves. Safe Creative: 1407031366706
Va’perdonarme, dotor, esta escribanza a lo gaucho, me trabo en el diccionario boliáo por tanta expresión. Entienden mi redación por sencilla mis paisanos y como usté, por letrao, se alumbra en su ilustración, yo arrejunto del fogón mi resplandor necesario. Yo creo y con gran razón, por su tino indiscutido: que le halla la punta'l hilo con facilidá mayor; a gran baquía estribó sobre criterios ariscos, ansí que si mal escribo, usté es un entendedor; tal, que me juego el facón que me leye corregido. Yo sé que soy pa’l negocio medio lerdón y quedáo; conforme a mate y arao, amor, guitarra y…¡lo heroico! Y atenazao en un potro ni pienso en los negociáos; siempre seguro y confiao en su criterio de socio. ¡Y no lo cambio por otro; que no al cuete lo he votao! Aunque, dotor, como en guerra, luchamos, pero con salvas, contra impuestos como carga d’enemigos sin clemencia y pa sus tristes dolencias, en mayoría, la raza, con su malestar se arrastra entre mezquinas catreras que la codicia galena destina al pobre en desgracia. ¡Com’una tropa nos tratan! Y diría que hasta piór al no tener gran valor el bife de carne humana. Aunque en algo d'eso andan, pues dicen que de riñón, d’hígado y de corazón, ta’creciendo la demanda ¡y hasta’prepo es l’achurada, si se cuadra la ocasión! Entr'eso y el bandidaje, ¡tamos’ bien acomodáos!: Como el peludo, encueváos, desconfiando hasta del fraile, procuramos unos riales y a rumiar acovacháos. Y encima unos custodiáos piden que uno se desarme, como si así el malandraje, s’inspire p’hacerse honrao. Pero el régimen culpable, artero viene cambiando dignidá por mal conchabo y ambición por beberaje; pues, por edá y por imagen rechaza al criollo baquiano: Nuevas tribus hay bichando con albor de malonaje. Si cárceles van a ampliarse, señal que habrá más relajo. Todo es modo y artimaña de los patrones del globo y aquí aguantamos nosotros de su lucro las macanas. Los nuestros tamién se amañan pa trenzarse en el embrollo y cobrarnos como a zonzos subsidios parte pa nada, a no ser pa llenar arcas de hatos de facinerosos. Como se heredan las deudas tamién se hereda el chanchullo; hay deudas que son barullo pa cobrar más de la cuenta al que queda de osamenta por el trabajo hecha grumo y al inconsciente y al rudo y al honrado, que se secan, pagando po’l burro deuda siendo que no tienen burro. Pensamos qué agarró viaje, dotor, contra la gentuza que a tuito el mundo engatusa y se burla del sin clase, por ese mesmo coraje con que pidió pa sus urnas; como dijo en las tribunas: “pa’l juego contrarrestarles a los que dende hace añares nos adulan y usufrútan”. Es por eso que me extraña, ya paisano yo, cargoso, que sabiendo d’eso un poco, usté vacile pat’ancha. Hay una gran avivada y sé que no me equivoco; sabe que muchos no sólo se arriman pa rempujarla a la carreta encajada de la patria de nosotros. La custión es que se puede enderezarle la carga y a la vez de liberarla repartirle algo a la gente; si no, Señor Presidente, por presiones importadas más las trabas nacionalas con las que vino el paquete, mejor que la yunta suelte o arrejuerce la picana. Sin embargo, lo comprendo: Con la carreta empinada y las ruedas empaladas además por usureros. Pero aquí a su afán carrero, según le di mi confianza, si quiere le doy mi lanza pa más duro picaneo; pero con rumbo y criterio; sin chuzazo al que trabaja. Arriando con pluma gaucha sobre el papel mi cuestión, alambrada de renglón traje corniándose huraña a mi tosca letra pampa rumiando justa intención: la de hallar contemplación pa sustentar nuestra hazaña ¡tan gloriosa y celebrada! y defraudada en su acción. Sin más, dotor, me despido. Lo dejo en su obligación de estudiar con atención lo que como pueblo pido. Espero, igual que los míos, que a leal disposición, cumpla con nuestra nación primero que con los gringos. Lo saluda espetativo, hoy de usté: Juan Rebelión. Glosario criollo: 1 Boliáo: Confundido. 2 Leye: Lee 3 Arao: Arado. 4 Peludo: Armadillo, tatú 5 Riales: Reales, (real) moneda de antigua circulación en Uruguay. 6 Malonaje: de Malón: nombre dado en Argentina a la acción de ataque indio con fines de invasión y saqueo. 7 Pat’ancha: Pata ancha: Hacer frente a una situación difícil. 8 Pampa: Denominación dada al indígena de la Pampa Argentina y a una serie de elementos y acciones, como también a una raza de vacunos. 9 Espetativo: Expectativo, expectante.
Cada 17 de enero se cumple una fecha más de la desaparición de nuestro cantor popular uruguayo Alfredo Zitarrosa, y yo dedico a su memoria este mi humilde homenaje. ¡Si hasta parece mentira! Un diecisiete de enero, seguro para que rime con su nombre, murió Alfredo. El cantor de nuestras cosas, el que dejó en su apellido enigma de haber tenido cita con alguna rosa. Y se fue, ¡se fue nomás! Y yo me pregunto dónde, dónde habrá ido ese niño con criterio y voz de prócer. ¿Qué cosa tendrá la muerte para haberlo conquistado? ¿Se llamará “Stefanie”? ¿Tendrá los “ojos dorados”?... De árboles “solos y juntos”, se vistió y se fue nomás; arropado de madera; traje sobrio hasta el final. Yo sé que Becho afinó su violín para tocar; el que Alfredo le alabara con su pluma fraternal. Que una mariposa negra voló en crespón funeral y que su ómnibus al Cerro, fue su carro celestial. Pero así en el cielo esté, cuánto le doldrá ese exilio al no haber nada ni gloria, más grande que su “paisito”. ¡Si hasta parece mentira! Un diecisiete de enero, seguro para que rime con su nombre, murió Alfredo. Yo, con su dogma le digo: “No te olvidés del pago” si te vas pa’l más allá; por más lejos que te vayas, cantá pa rememorar. Se olvidarán muchas cosas, que no vale recordar; pero de vos no hay olvido; ¡sos memoria popular! Sé que echaste en la maleta tu talento singular; será largo tu camino porque vas “cargáo de más”: Vas cargado de milongas y Charrúa dignidad, de la hazaña corajuda de tu canto al demandar. Cuando llegues a la gloria del Parnaso Nacional, cantá, Alfredo Zitarrosa, ¡que te escuche el General! Cantá, Alfredo Zitarrosa, Dios y el Pueblo aplaudirán. Cantá Alfredo, que tu gloria, ¡tu gloria es el Uruguay!